Nunca falla

La pajarita es el complemento ideal de la moda masculina. Atrás quedan los tiempos en los que la corbata era la reina sobre las camisas. Atrás quedan los tiempos en los que llevar pajarita estaba reservado al smoking. Hoy en día, la pajarita es un complemento cada vez más usual. Para muchos, implica un signo de distinción, de aportarle un toque de especialidad a lo común y banal. La pajarita es capaz de convertir un outfit sobrio en un estilismo memorable. No solo por sus estampados o colores, sino también por sus tejidos. Seda, lana, incluso cuero o hasta nylon. Las hay de todos los tipos, y cada una es perfecta para cada ocasión. Si lo que quieres es ser un ‘nerd’ aprieta bien la pajarita al cuello, combínala con unas gafas de pasta y estarás listo para ser el sabelotodo del grupo. Si por el contrario quieres ser un classy, vístete unos tirantes, de esos que recuerdas en las películas de los años 20. Siéntete un auténtico habitante de Chicago. Si lo tuyo es el rollo europeo, el estilo Mountbatten, classy, no hay duda: pajarita a cuadros. A cuadros se quedarán al ver el estilo que derrochas. ¿Y los colores? Ay, los colores. Tan de cabeza traen a algunos. Lo cierto es que sobre cromatismo hay muchas reglas establecidas, pero lo mejor es vestir aquello que te haga sentir cómodo. Si llevas una camisa blanca o de colores muy claros, lo ideal es que ‘montes’ tu pajarita en una variante cromática diferente. Así, si tu camisa es azul cielo, una pajarita azul marino con detalles en beige será ideal para complementar tu traje. Por el contrario, si llevas un look total black, ponle color. Atrévete a hacer que la pajarita sea el elemento central sobre el que verse tu look.

¿Pajarita o corbata? Cada una para su momento. Cada una tiene su ocasión. O… ¿Quizás no?